29.3.09

A pesar de la distancia

En busca de nuevos horizontes, lejos de las mercancías estetizadas, agendé la muestra que organizaban estas indeclinables santafecinas.
A pesar de la distancia, Germina Campos se ha transformado en uno de los proyectos contemporáneos más novedosos sobre gestión y participación. Sorpresivamente desde la capital de la provincia de Santa Fe (…y no desde Rosario), un grupo de artistas expanden propuestas que parecen canjear distancias y desventajas por ideas y creatividad.
En un entorno difícil se concretan, gracias al trabajo grupal, eventos en diferentes espacios, tanto físicos como virtuales. Como quien siembra un árbol en medio del desierto, Germina Campos sopla fuertemente contra el pampero y nos trae parte de la muestra “Un minuto que no tiene sesenta segundos”, con dibujos sin propósito de León Ferrari; “cada día somos menos” dice Horacio Zabala y las interpretaciones son diversas (la mía: “cada día somos menos los que lavamos a mano la ropa”); Los dibujos y apuntes a modo de esbozo que Nicolás Balangero construye sobre apuntes universitarios; Mariana de Matteis parece traernos recuerdos de sus últimas vacaciones; Emilse Barbosa con objetos de papel en 3D nos cuenta como están las cosas por ahí; Las fantasías y los miedos que Lali Martínez relata en un trozo de papel (quiero el que dice: me dio con tacos en la cocina…); Las indicaciones para muñeco inflable de Luciano Burba; Los bordados sobre costumbrismo del litoral de Claudia del Río (Oh! Cómo cambia Claudia); Ponchi con minuciosos ensambles en cartulina que llenan su tiempo libre; Los grafitos de Lorraine Green o las animaciones sobre appel vegetal de Luciano Ominetti; Los coloridos azulejos pintados de Cecilia Orso; Cintia Clara Romero que pasa el tiempo enrollando cinta de enmascarar y componiendo organismos que se asemejan a corales de mar; ¡Si usted tiene un celular en desuso!, Fernanda Aquere se lo recicla convirtiéndolo en obra de arte; Rubén Marino Tolosa por medio del audio transita la delgada línea entre lo público y lo privado; Los trabajos idílicos en tinta china de Diego Vergara o los dibujos digitales pintados con fibras de Rosana Storti.
Lo cierto es que da ganas de darse una vuelta y ver el eje interpretativo de este encuentro, saber que hicieron los artistas en sus momentos de ocio. Es por eso que ellos muestran ejercicios, experimentos, proyecciones y producciones sin pretensiones de obra acabada.
Mientras algunas galerías apalean la crisis ofreciendo cursos de cómo hacer arte, tours a bienales, y hasta organizan bailes, las ideas originales se hacen ver fuera del circuito tradicional.
¿Difícil? ¡No! ¡Dificilísimo! Hacer y deshacer arte en este contexto es todo un desafío. Generarlo exitosamente de la forma que lo hacen las promotoras de Germina Campos más aún. Una gestión nómade, impecable y heterogénea.

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