9.2.09

En busca de paz y vida celestial

De San Cristóbal al barrio de Devoto. Muy cerquita de la General Paz, ingresamos al jardín de Buenos Aires por calles con abundante verde y amplias veredas, lejos del ruido del centro. En busca de paz y vida celestial, tenía curiosidad por ver la propuesta en la que participaban Adrián Paiva, Pablo Lehmann, Juan Carlos Romero, Massoero, Carla Rey, Delgado, Hilda Paz, Zina Katz, Silvana Blasbalg, Dany Barreto, Batalla, Marcelo Lo Pinto, Andreotti, Daniel Juárez entre otros. Martín me llevó hasta la puerta y me despidió diciéndome “Te paso a buscar en una hora”… Yo asentí con un gesto. Era mi primera visita a la galería 1/1. Al toque de entrada me recibió Carla, que sin conocerme me hizo ingresar en un ambiente amigable y contemporáneo, ideal para conocer cara a cara a los artistas.
Algunas galerías o espacios de arte por sus características brindan anonimato al visitante, entonces traté de pasar desapercibido los primeros minutos para aventajarme con mis observaciones. Mis ojos recorrieron cuanta superficie pudieron, reconociendo objetos que formaban parte de un plural santuario negro/blanco, en su mayoría brillante y monocromo. Las dualidades estaban presentes, vida/muerte, bien/mal, vacío/lleno, femenino/masculino, a veces en el mismo objeto/sujeto. Por suerte también estaban los grises intermedios, me sentí aliviado y me alejé de la idea de una muestra bipolar.
La casa trasformada como por arte de magia en una galería de arte que alberga a más de 20 artistas en exposición y otros tanto en trastienda, no deja al margen a sus visitas, y enseguida quedé incluido en las charlas grupales que surgieron espontáneamente. Una inauguración innovadora y nada pretenciosa, un fin de semana a plena luz del día, en un espacio apartado del circuito artístico tradicional.
Todo invita al disfrute, beber el cáliz rojizo en compañía de la fragilidad de trabajos de Lehmann, objetos salvajes sacados de contexto como los de Paiva, o negros sueños como los de Masoero. Los artistas charlan descansados, intercambian información, y comparten un espacio no necesariamente religioso, pero con mucha aura sagrada.
Caja de arte abre el ciclo 2009 y se propone como lugar para charlar, para creer, para crear, para encontrar, para brindar, para disfrutar, para recargar energías luego de la sofocante rutina.
PD: La muestra está abierta también para los que somos no creyentes.

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